Unidad familiar para lograr la institucionalidad empresarial

En la actualidad, implementar Gobierno Corporativo en Empresas Familiares se ha vuelto un tema muy importante en la agenda de los fundadores o dueños que buscan su trascendencia a través de generaciones futuras. Con frecuencia, cuando los empresarios se animan a dar este gran paso en su organización, surgen algunas dudas o cuestionamientos entre sus familiares cercanos o políticos, ocasionando que se paralice este proceso, temiendo que afecte la relación de su familia.

Cuando los familiares de los empresarios no conocen los beneficios que representa el contar con un sistema de Gobierno Corporativo se preocupan, entre otras cuestiones, por cuál sería en adelante su relación con la empresa que han visto crecer y, peor aún, qué pasará con ella cuando falten. Ese desconocimiento puede convertirse en motivo de preocupación o conflicto entre sus miembros, cuando la realidad es que, totalmente al contrario de lo que piensan, el proceso de institucionalización es sencillo si existen los canales de comunicación adecuados, brindando grandes beneficios tanto a la empresa como a la familia.

Un primero paso para cimentar firmemente el proceso de implementación de Gobierno Corporativo es reconocer que dentro de la Empresa Familiar existen 3 grandes dimensiones que, si funcionan de manera coordinada, pueden incrementar su valor y fortalecer la unidad familiar.

Estas dimensiones son:

  • La familia (que engloba a todos los familiares).
  • La propiedad (formada por los propietarios o accionistas).
  • La empresa (en donde se ubica el personal que trabaja en ella).

Es importante tener en cuenta que las dimensiones de la propiedad y la empresa no necesariamente los miembros son familiares, como sería el caso de un gerente de ventas externo a la familia.

La realidad es que en la Empresa Familiar una misma persona puede encajar en más de una dimensión, como sucede con el hijo fundador que trabaja en la empresa, que pertenece simultáneamente a la dimensión de la familia y de la empresa; o el primo que ve cómo su tío ha crecido su empresa, esta persona únicamente se encuentra en la dimensión de la familia; o el fundador de una empresa que al mismo tiempo es Director General, él forma parte de las 3 dimensiones: familia, empresa y propiedad.

Debido a estas combinaciones, cada persona puede poner en riesgo la unidad familiar o la trascendencia de la empresa cuando no hay reglas claras, o bien potenciar el valor de la empresa y fortalecer los lazos familiares, cuando todos se encuentran alineados hacia un mismo objetivo.

La falta de conocimiento y de determinación de los roles de los familiares en la Empresa Familiar puede ocasionar desastres empresariales que pongan en riesgo la continuidad de la compañía.

 

 

Contar con reglas claras que los familiares acuerden y conozcan, es un gran paso para institucionalizar la empresa y convertir a los miembros de una Empresa Familiar en una Familia Empresaria.” –André Durán Martín

Como ocurre con una computadora que cuenta con pantalla, mouse y teclado, si uno de estos tres elementos fallara, no se podría utilizar adecuadamente el dispositivo. Lo mismo ocurre en la Empresa Familiar, si al menos una de las tres dimensiones tiene alguna situación que impida que funcione correctamente, tarde o temprano terminará afectando a las demás.

Una estrategia para que las dimensiones de la Empresa Familiar logren funcionar de manera armónica es acordar y establecer reglas claras sobre la relación de los familiares con respecto a la organización y plasmar estas reglas por medio de un Protocolo Familiar.

En este documento la familia podrá incluir, además de las reglas que han querido determinar sobre su relación con la empresa, otros temas, como el si la familia política podrá trabajar en la empresa o no, qué perfil debe tener un familiar que busque ocupar un puesto en la empresa, o incluso, quién suplirá al Director General- que es al mismo tiempo el fundador- cuando éste se retire. Sin lugar a dudas, estos son aspectos importantes que se deben platicar abiertamente antes de que sea demasiado tarde.

Gracias al Protocolo Familiar las reglas que se acuerdan no quedan en el aire, sino que se formalizan por escrito para que los familiares las conozcan y sepan dónde consultarlas, causando la solemnidad y obligatoriedad que la familia quiera otorgarle, gracias al efecto preventivo del Gobierno Corporativo.

Sin lugar a duda, una de las aportaciones más valiosas del Protocolo Familiar es su proceso de elaboración, pues son ésos los momentos donde los miembros de la familia se abren a los demás, se comunican y llegan a acuerdos.

André Durán Martín

Abogado Corporativo

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